Jazmín tenía dos cosas que hacer.
La primera y más importante era encontrarse con Urma y discutir lo que María le había contado.
Pero primero sabía que tenía que enfrentarse a Anna.
Era una tarea que temía pero sabía que debía enfrentar.
Llegó a la habitación de Anna y entonces llamó a la puerta.
—Vete —Anna gritó.
Jazmín se tensó y luego procedió a abrir la puerta.
Asomó la cabeza y vio a Anna sentada junto a su ventana, con vista a toda la manada.
Sollozando, asumió Jazmín.
Jazmín entró suavemente y Anna se volvió para mirarla.
—¡Dije que te FUER-
Se interrumpió en seco cuando vio a Jazmín.
—Tú —dijo acusadoramente—. ¡Eres la última persona que quiero ver en mi vida! ¡Lárgate al infierno!
—Solo quiero hablar contigo —dijo Jazmín.
Anna recogió un jarrón cercano y lo lanzó hacia Jazmín.
—¡DIJE QUE TE FUERAS! —gritó.
Pero Jazmín pudo esquivarlo y se estrelló contra la pared y cayó al suelo haciéndose mil pedazos.