Jazmín cerró los labios y guardó sus pensamientos para sí misma.
Quería exigirle que explicara por qué decía que ella iría adelante con el resto de la comitiva.
Pero era muy irrespetuoso de su parte hablarle con falta de respeto delante de sus hombres.
Así que hizo todo lo posible por mantener la compostura y no dijo nada.
Anna, que había estado dentro de su carruaje todo el tiempo, asomó por la ventana y dijo.
—¿Qué? ¿Qué está pasando? —preguntó ella.
Xaden bajó de su caballo y caminó hacia su hermana.
—Necesito atender algunos detalles muy importantes en la ciudad de los magos —dijo él.
Su rostro se descompuso instantáneamente. —¿Vamos a la ciudad de los magos? La ciudad de los magos es muy peligrosa.
—Te irás con el resto de los hombres —informó—. Solo serán Erik y yo junto con unos dos hombres más.
—Ya veo —murmuró para sí misma.
—No te preocupes —le dio un beso en la mejilla—. Los hombres te cuidarán bien. Y no tardaré mucho.