FUGA A LA CIUDAD MÁGICA

—¿Qué? —preguntó Ned.

Jazmín se levantó. —Sí. ¿Por qué no escapar a la ciudad de los magos justo ahora?

—Eso no es precisamente lo que quise decir cuando dije eso-

—¡Muchas gracias! —dijo Jazmín y le dio un beso en la mejilla.

Ned se puso rojo inmediatamente.

Ella comenzó a abandonar todo lo que estaba haciendo cuando él la detuvo.

—¡Espera! —dijo él—. No puedes simplemente irte así. Ellos lo sabrían.

Jazmín puso sus manos en la cintura para pensar profundamente.

—¿Y si los hombres acampan aquí y continúan el viaje mañana? —preguntó ella sabiamente.

—Sí, eso podría funcionar. Excepto que se les dio órdenes estrictas de no hacer paradas innecesarias y dirigirse directamente a la manada —dijo Ned y luego señaló hacia donde estaban—. Quiero decir, la única razón por la que estamos aquí es porque Anna fue muy exigente e insistió en que nos detuviéramos.

Jazmín se detuvo a pensar.

—Esta es una muy mala idea —comenzó a decir sabiamente Ned.