EL CHANTAJE

Temprano la siguiente mañana, Jazmín estaba levantándose, limpiando y ordenando el lugar cuando Richard llegó corriendo hacia ella.

—Oye —dijo—. ¿Cómo fue? No pude venir a hablar contigo anoche porque el Alfa Xaden estaba realmente enfadado. Tuve que tener cuidado.

—Está bien —ella hizo un gesto con la mano—. Espero realmente no haberte metido en problemas anoche.

—No, no realmente. Todo está bien. Probablemente me obliguen a hacer algo de trabajo manual porque saben que estuve involucrado, pero eso es todo.

Jazmín suspiró débilmente. —Lo siento mucho. Asumiré cualquier castigo que te hayan dado. Es toda mi culpa.

—¿Me quejo yo? —preguntó él, con las manos en las caderas—. ¿Vas a decirme qué pasó o no?

Entonces Jazmín procedió a contarle todo lo que sucedió.

—¿Ella mintió contra ti? —preguntó Richard—. Todos pensamos que estaba en su pequeña jaula y se negó a salir. Nos sorprendió mucho verla contigo.