Jazmín se movió insegura de qué decir.
Mientras Xaden aún pasaba las páginas del libro de contabilidad.
—¿Por qué no puedes leer? —preguntó de repente.
Eso la tomó por sorpresa y ella jugueteó con su vestido.
—No fui criada como la hija de un Alfa —dijo—. Trabajaba e hacía labores domésticas. Tomé la identidad de la hija de un esclavo y nunca tuve la oportunidad de aprender a leer o escribir. O no pensaron que fuera relevante para mí saber cómo hacerlo.
Él suspiró y cerró el libro de golpe.
—Examinaré el asunto que presentaste ante mí e investigaré —dijo él.
Ella aún lo miraba, sus ojos con pregunta.
—¿No es eso lo que querías? ¿Que investigue tus hallazgos? —preguntó él.
—Sí. Pero necesito dinero para hacer algunos cambios en la manada —dijo Jazmín—. La manada no está en buenas condiciones. A los trabajadores les resulta muy difícil completar tareas.