Jazmín se despertó la siguiente mañana sintiéndose mucho mejor que el día anterior.
Se levantó y se estiró.
Por suerte ya no sentía náuseas y se sentía extremadamente bien.
Recordó que ahora se le había asignado un nuevo papel en la manada.
Salió de la habitación y encontró a Loren como siempre trabajando en sus pociones.
—Buenos días, Loren —la saludó.
—Buenos días —la observó él—. Te ves mejor que la noche anterior.
—Me siento mejor —dijo Jazmín mientras se sentaba—. La noche de ayer fue otra cosa.
—¿Erik y Anna convirtiéndose en compañeros? —preguntó Loren mientras revisaba sus libros.
—¿Cómo lo sabías? —preguntó Jazmín sorprendida.
Por lo que ella sabía, Loren siempre estaba encerrado en esta habitación y apenas salía.
—Las paredes tienen oídos. Es bastante irónico que ella te haya hecho sufrir y ahora no solo vive una vida de lujo, sino que también tiene al compañero perfecto.