Erik caminaba lentamente fuera de la habitación de Anna. Gestionando sus pies mientras sentía el peso de sus emociones en su cuerpo físico.
Estaba atrapado y no había salida.
Consideró encontrarse con Xaden y hablarle sobre todo, pero decidió no hacerlo.
Tanto como Xaden era su mejor amigo, Anna era su hermana.
Su única familia real por lo que él sabía y la que había asumido muerta.
Por supuesto que tomaría su lado y no quería romperle el corazón a Xaden al hacerle saber cuán monstruosa era su perfecta hermana.
Tampoco quería arruinar la vida de Jazmín.
Que ella se quedara en la manada era solo por mera gracia.
Estaba colgando de un hilo y si no tenían cuidado sería expulsada.
El padre de Jazmín todavía tenía enemigos.
No podía permitir que le hicieran eso a ella.
Exponerla a vivir una vida sola por primera vez y sin protección, definitivamente sería capturada o peor, terminaría muerta.
No podía hacerle eso a ella.
No había salida de esto.