Jazmín abrió los ojos suavemente y miró a su alrededor.
Su vista aún borrosa poco a poco se fue aclarando.
Entonces vio a Xaden dándole la espalda, hablando con una mujer.
Ella observó detenidamente a la mujer. ¿Por qué le parecía tan familiar? Ya la había visto antes.
Tanto Xaden como la mujer estaban en una acalorada conversación y apenas podía escucharlos.
Se sentía como si sus sentidos estuvieran débiles y poco a poco fue entendiendo su entorno.
Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en un lugar que no recordaba.
Era una pequeña cabaña y olía raro.
Había todo tipo de cosas que la inquietaban.
¿Cómo había llegado hasta aquí?
Lo último que recordaba era sentirse mareada en el pasillo y luego todo se volvió negro.
¿Se había desmayado?
¿La había traído Xaden aquí?
Lentamente empezó a escuchar sus palabras y entonces.
—¿Entonces quieres que se lo diga a Jazmín? ¿O lo harás tú? —oyó decir a Xaden.
—¿Decirme qué? —preguntó ella confundida.