Xaden cerró la puerta y tomó una respiración muy profunda antes de volver a su camino.
Caminó hacia su estudio y encontró su botella de vino favorita.
Era una botella de vino de doscientos años que nunca había abierto y reservado para ocasiones especiales.
Este caso era uno especial.
Necesitaba despejar su mente porque estaba seguro de que estaba a punto de perder la razón.
No vertió el vino en un vaso, simplemente lo bebió directamente de la botella.
Se recostó en su silla y se preguntó en qué infierno se había metido.
Extrañaba a Eleanor.
Ella siempre sabía qué hacer y siempre había tenido razón.
Recordar a Eleanor le provocaba escalofríos en la columna y la manera en que había muerto.
La forma en que había terminado con ella. Las cosas terribles que le había dicho y cómo había sido su último encuentro antes de que ella muriera.
Eleanor siempre había tenido debilidad por Jazmín.
La culpa lo envolvió y relegó el pensamiento de Eleanor al fondo de su mente.