—Solo hay una habitación disponible en el ala este —dijo Fiona—. Las otras son el estudio, la biblioteca y la cava, junto con el observatorio.
—Sí —dijo Lily.
Y Jazmín conocía esa habitación, nunca le habían permitido siquiera entrar.
Había pasado por la puerta un par de veces cuando se había unido a la manada.
De vez en cuando veía a personas entrar para limpiar y luego salir, pero eso era todo.
Nadie se quedaba en ella.
Ni siquiera cuando tenían el festival del halo y los invitados necesitaban habitaciones.
Nadie había sido asignado a esa habitación.
—Ella se alojará en la habitación del ala este —dijo él.
Jazmín estaba atónita y entonces Fiona y Lily se miraron.
La sorpresa se reflejaba en sus rostros.
¿Qué tenía de especial esta habitación que a todos sorprendía?
No podía descifrarlo.
Lily sonrió.
—Está bien. Jazmín, espero que te sientas mucho, mucho mejor. Iré a ocuparme del resto de las tareas.
Y con eso, Lily se fue.
A Jazmín le caía bien Lily.