Eleanor fortaleció su barrera mágica y Jazmín sonrió al usar su magia para crear un látigo de fuego ardiente y usó su mano izquierda para formar un círculo que se iluminó con fuego.
—¿Sorprendida por mi uso del fuego, eh? —Jazmín le preguntó con coquetería y sonrió—. El fuego es el emblema de mi familia.
—Sí, lo estoy —Eleanor dijo—. Los miembros de familia rechazados están exentos de inmiscuirse en el poder lobo. Pero he oído de ti. Siempre tendrías hambre de poder. Ni siquiera aceptada por tu propia familia y rechazada por tu propia corona. La Reina que nunca sería.
El rostro de Jazmín se sonrojó de rabia ante las palabras de Eleanor. Perforaron más profundo de lo que ella había esperado. Nadie se había atrevido a decirle esas palabras. Sabía que susurraban entre ellos, pero nadie le había hablado directamente. Quizás porque era la verdad.
—Cruzaste la línea —dijo Jazmín.