El pecho de Anna subía y bajaba rápidamente mientras las emociones la inundaban de golpe, vergüenza, rabia, celos y un extraño, helado miedo.
Su loba estaba arañando debajo de su piel, gruñendo, exigiendo respuestas, venganza, sangre.
Sangre para aquel que ahora quería reclamar a su propio compañero.
¿Cómo se atreve esa puta?
¿Erik… Jazmín?
Inicialmente había pensado que solo era un producto de su imaginación.
Incluso cuando más tarde confrontó a Erik y Jazmín, ambos lo negaron.
No tenía pruebas de que ellos estuvieran teniendo una relación.
Pero ahora las palabras de su tío les daban peso.
Se mordió el labio inferior con ansiedad tan fuerte que probó sangre y luego clavó sus uñas en la curva de su brazo.
Esto era diferente.
Ahora aquí todo su ser estaba colapsando.
Todo por culpa de Jazmín.
Jazmín, una vez más, estaba arruinando su vida.
Intentó obligarse a creer que era una mentira.
Se volvió hacia aquel que acababa de poner su vida patas arriba con esta historia.