El aullido de un vínculo roto

Gastone volvió a su casa junto al restaurante. Sudaba furiosamente a pesar de que el aire frío golpeaba su piel.

—¡Oh, diosa! —exclamó Gastone, secándose el sudor mientras intentaba relajar el latido de su corazón.

A Gastone le costó mucha fuerza conducir de regreso de manera segura, a pesar de que estaba experimentando el dolor y el shock del vínculo roto.

—Ugh —gemía Gastone, apretando su pecho mientras el sonido de su corazón era lo suficientemente fuerte como para ser escuchado.

Gastone tropezó con la puerta de entrada de su casa, su respiración era entrecortada, su cuerpo temblaba. Al entrar, colapsó en la silla más cercana, agarrando el borde de la mesa para estabilizarse mientras otra oleada de agonía recorría su ser.

—Esto es jodidamente horrible —Gastone apretó los dientes mientras intentaba concentrarse, centrar sus pensamientos, pero todo lo que podía sentir era el agudo dolor punzante en su pecho y el vacío hueco que parecía extenderse desde el núcleo de su ser.