5 días habían pasado desde que Chen Xiaotian perdió el conocimiento debido a la purificación de su linaje. Durante ese tiempo, Chen Ling se había inquietado y consultó con el maestro Yun Tao, pero ni siquiera él pudo explicar lo que ocurría.
Mientras su cuerpo dormía, su mente viajaba. Dentro de su mundo interior, Chen Xiaotian flotaba en la oscuridad, observando tres mil hebras flotantes que surcaban el espacio vacío. Cada hebra representaba un Dao, y en lo más profundo, latente como un corazón ancestral, se encontraba una hebra colosal: el Gran Dao.
Ese mundo sin forma se volvía su refugio… su distracción… su herencia.
El Quinto Día
Chen Xiaotian despertó. La luz le golpeó el rostro y alzó una mano para cubrirse los ojos. Tardó unos segundos en acostumbrarse a la claridad.
Lo primero que vio fue una niña frente a su cama: vestía túnicas moradas, tenía el cabello negro azabache, y unos ojos rojos brillantes. Lucía de la misma edad que él.
—Al fin despertaste —dijo con una voz suave, pero directa.
—¿Quién eres? —preguntó Chen Xiaotian, aún débil.
—Soy Yun Yan, hija del maestro del Pico de la Espada del Rayo, Yun Tao.
Chen Xiaotian se incorporó lentamente, sorprendido.
—¿De verdad? Entonces… ¿cómo debería dirigirme a ti?
Yun Yan sonrió.
—Llámame como quieras. No me importa.
Chen Xiaotian tragó saliva. Si alguien podía matarlo sin consecuencias… probablemente era ella. Murmuró:
—Gracias… pero ¿tu padre no se enojaría por esta falta de respeto?
—Fue él quien me pidió que te acompañara —respondió ella dulcemente.
Chen Xiaotian suspiró con alivio.
—Entonces, te llamaré Yan’er.
—Y yo a ti te diré Tian’er —respondió con una sonrisa inocente.
—Voy a buscar a papá —dijo entonces—. Espérame aquí.
Momentos después
Yun Yan regresó acompañada por su padre, Yun Tao, y por Chen Ling. Nada más entrar, Chen Ling se abalanzó sobre Chen Xiaotian, abrazándolo con fuerza.
—¡Hermano! Estuve preocupado estos días… —dijo, revisando su estado con su Qi.
Para su sorpresa, Chen Xiaotian estaba más fuerte que antes. Más estable. Más... completo.
—¿Qué te pasó? —preguntó Chen Ling.
Chen Xiaotian inventó rápidamente una excusa:
—No lo sé… de pronto sentí un dolor terrible, y luego... nada.
Chen Ling miró a Yun Tao.
—Maestro, ¿usted tiene idea de qué le ocurrió?
Yun Tao observó a Chen Xiaotian con atención y colocó una mano sobre su cabeza. Con su Qi, inspeccionó su cuerpo. Pasaron unos segundos.
Finalmente, habló:
—Parece que ha despertado un físico especial. Probablemente uno muy poderoso.
Chen Xiaotian, por dentro, se alarmó.
“Ya veo cómo voy a morir… alguien intentará usarme como ingrediente para un elixir o me matará por envidia.”
Pero Chen Ling no sospechó nada. De hecho, sonrió con orgullo.
—¡El clan Chen tiene una futura estrella!
Yun Tao se giró hacia él.
—¿Te quedarás cultivando o prefieres descansar?
—Me quedaré cultivando, maestro —respondió Chen Xiaotian, inclinando la cabeza.
Yun Tao y Chen Ling salieron de la habitación. Solo quedaron Chen Xiaotian y Yun Yan.
Silencio y Susurros
—Tian’er… qué envidia que tengas un físico especial —comentó Yan’er con un puchero adorable.
Chen Xiaotian la miró y sonrió con tristeza.
—A veces, lo que parece lo mejor… no lo es en realidad.
Yun Yan ladeó la cabeza, confundida, pero no preguntó más. Solo se despidió con una sonrisa y salió, dejándolo solo.
Chen Xiaotian exhaló un largo suspiro.
—Estado —murmuró.
[PANEL DEL ANFITRIÓN – CHEN XIAOTIAN]
Edad: 5 añosFísico: Físico del PrincipioLinaje: PrimigenioCultivo: Reino de Iniciación – Etapa 1 (Refinamiento Corporal)Comprensión: 3000 Daos y Gran Dao
1 MES DESPUÉS
Chen Xiaotian alcanzó la 2ª etapa del Refinamiento Corporal. Su cuerpo era más fuerte, su mente más clara, y su conexión con su mundo interior… más profunda.