De un momento a otro la guerra se detuvo, los Irlandés comandados por Elric, bajaron su armas apenas sonaron los cuernos que llenaron el valle con su sonido, algo que los Ingleses no entendieron, los hombres de Elric nos miraban con cierta malicia, pero no nos atacaban mientras caminábamos al lado de su "rey". Muchos de ellos nos insultaba en lenguas que no éramos capaces de entender y por sus ropas y armaduras, quedaba muy en claro que su cultura se había mezclado, parte Irlandesa, parte escandinava.
La sorpresa fue mucho mayor de nuestro ejército cuando nos vieron andar sin problemas a través del ejército enemigo.
Maxwell sin saber que sucedía dio gracias a Dios por vernos ilesos.
-Su...Sir, tendrá un duelo formal contra mi, el duelo se hará al alba, en las murallas de mi castillo, algo en lo que acordamos con el muchacho, hasta entonces la guerra se detiene. El vencedor del duelo saldrá victoriosa de esta batalla, se acabó la perdida de sangre sin sentido, he dicho.
Los Vítores pese a que no habíamos ganado se escucharon de parte de los Inglés, gritando mi nombre, como si cada uno me conociera.
-Veo que tu ejército te respalda joven, eres mucho más de lo que simplemente aparentes, espero que logres entretenerme en nuestro duelo, lo espero con ansias.
-Me gustaría decir lo mismo, pero prefiero más la paz, aunque si la quiero, por desgracia debo prepararme para la guerra.
Algo emociono a Elric, que me tomo por los hombros.
-Asi que poeta también, vamos, podemos compartir escritos si lo deseas.
Este hombre era bastante raro, pero creo que los noruegos, o mejor dicho los escandinavos disfrutaban de la poesía o canciones, así que comprendí finalmente el porque se interesó
Sin despedirme, di la orden para que nos retiramos hacia el lado que estaba nuestro ejército, algo que permitieron los demás entre amenazas e insultos.
Aún así los Vítores a mi persona no paraban algo que me daba mucha vergüenza, simplemente porque había acabado con esta masacre sin sentido.
-Vamos debes disfrutar esto muchacho, recuerda que necesitas volverte querido para hacer lo que quieres. - Murmuro Willfest en mi oído.
-Si todo sale bien, mañana tendré todo un ejército al derrotar a Elric, me volveré el Jarl de ellos, con eso, por mucho que no les agrade deberán respetarme.
-También deberías considerar que algunos de ellos querrán enfrentarte después de que asesines a su rey. Tengo entendido que cualquiera puede desafiar si creen que no es indigno de guiarlos. -Dijo Will.
En eso tenía razón, me iban a desafiar bastante por el simple hecho de que me van a considerar un Inglés, eso iba a ser un problema, que tendré que solucionar tarde o temprano.
Ya habíamos cruzado hacia nuestro lado, lo que me puso más tranquilo, me sentía un roedor rodeado de águilas que estaban dispuestos a atrapar a su presa con sus garras para destriparnos.
Maxwell nos recibió con alivió, por alguna razón me tenia o nos tenía algo de aprecio a nosotros.
-¿Como lo logro? Sir Gran.
-No fue muy difícil, ahora solo rece para que le gane a ese hijo de perra.
Aún así el comandante interino no se quedó muy tranquilo con mis palabras.
-¿Cuáles son las clausulas de su duelo, Sir Gran?
-En rigor el que gana el duelo gana la batalla, no se tienen que preocupar más que eso.
-Entiendo y no quise decirlo, pero a la corona no le gustará mucho este trato, Sir Gran.
-Deja que me preocupe de eso yo, comandante Maxwell, al final, si gano no habrá ningún problema, por ahora me retirare y planeen un plan b, en caso de que pierda, otra cosa, mañana pueden acompañarme no más de 100 hombres, que es lo que permitió Elric, que entre ellos estén los Sir y los generales, usted puede ordenar eso.
Muy bien, nos retiramos del lugar, muchos estaban felices de no tener que seguir luchando, era normal, entre el ejército, muchos eran o muy jóvenes o pobres que se metían, no por querer defender los intereses o por ser héroes, si no por necesidad para poder comer y tener algo de dinero, ya que, tampoco es que los soldados tuvieran grandes sueldos.
Le pedí un favor a Maxwell, si podía prepararme un tambor con agua para poder ducharme, a lo que pensé que me mandaría a la mierda, pero sin poner problemas me permitió que ocupará la que tenía el ogro, al final no lo iba a necesitar, así que la llevaron a mi carpa y trajeron agua limpia para poder asearme.
Me metí en la ducha improvisada, el agua estaba muy helada, pero mi cuerpo lo agradecía, estaba cansado, el constante esfuerzo de estar viajando por días y los pequeños enfrentamientos que tuve habían dejado mella en mi. El agua helada me servía para deshinchar un poco las inflamaciones que aún tenía de la paliza que me había dado Arthur.
En vueltos en mis pensamientos, fue interrumpida por Hero que se metía a la ducha junto conmigo, y no es que fuera muy grande, ella quedaba totalmente apegada a mi.
-Hero no es que me queje, pero Gwyn podría entrar en cualquier momento y alguno de los chicos.
-Esto momento es solo para los dos, Gwyn está jugando con Miriam y le pedí a Willfest que nadie entrara a esta carpa, así que solo estamos tu y yo.
Era agradable, me acomode para envolverla entre mis brazos y ella puso su trasero pegado a mi entre pierna, algo que estaba seguro que hizo a propósito.
-Creo que alguien está emocionado, dile a tu amiguito que se relaje un poco, amorcito.
-¿Que dices?, cómo quieres que se tranquilice con semejante belleza que está a mi lado, Hero, eso es imposible. - le susurré al oído.
-Pero que Sir tan osado, debo informarle que soy una mujer ya comprometida, con un hombre muy apuesto.
-¿Enserio?, debe ser un idiota con suerte si robo su corazón, mi lady. - bromee al igual que ella.
La piel de Hero era tersa, podía incluso sentir su palpitación acelerada al estar junto a mi, su olor me amedrentaba como una dulce droga, de la que quería más y más.
-¿Sabe Sir?, solo hay un problema, cómo ve aún no hay anillo en este dedo, pese que el ya me pidió casamiento, eso es algo triste para está damisela indefensa.
Sabía que seguí bromeando, pero también había algo de verdad en lo que decía, deje de lado el tonto juego al que jugábamos, para abrazarla fuertemente.
-Esto es algo que solucionare pronto, te lo prometo Hero, lo único que quiero es casarme contigo y tener hijos.
-Yo deseo lo mismo, aunque es raro que aún no quedara en prenda, con la cantidad de veces que lo hemos hecho.
-Ya llegará el momento, además, tal vez lo estés y no lo sabemos Hero.
Ella se quedó en silencio un rato para luego romperla ella misma.
-Me bajo la regla hace unos días, por eso estoy segura que no estoy embarazada, fue algo frustrante sabes, se me había atrasado una semana y termino bajando finalmente, yo me estaba ilusionando.
-Ya sucederá, no hay que apurar nada, además por un lado me alegra que no lo estés, en esta época los embarazos son complejos, por eso no quiero arriesgarme a que tengas un parto complicado.
No te zafaras con esa escusa, ya me prometiste hijos, no puedes echarte para atrás, Gran.
Empujé un poco a Hero con rudeza, para que apoyara sus manos en el borde de la tinaja.
-Gran voy a manchar el agua si lo hacemos aquí.
-¿Eso que carajos me importa? - Dije con la respiración agitada.
Pero Hero no se dejó, lo que fue extraño, se dio media vuelta y me tiró contra el otro borde haciendo que cayera agua por todos lados.
-Hero perdóname si hice algo estúpido, yo me calenté...
Ella se acercó a mi y abrió sus piernas, abrazándome con ellas.
-No tienes nada que perdonar, solo que quiero mirarte cuando lo hacemos.
Ella busco mi pene con su mano, lo agarro y llevo a su vagina, ella envolvió mi pene con ella, haciendo que soltara un quejido.
Comenzó a moverse de arriba hacia abajo, lo que se sentí agradable, cada roce era algo que me estaba volviendo loco, su delgado cuerpo me hipnotizaba y busque su pecho para poder darle cariño, lo besaba con aplomo y comencé a succionar cómo un recién nacido que buscaba leche, aunque obviamente no salía nada de los pechos de la persona que amaba.
-Gran apreta mis piernas...kya...
Agarre las piernas, cerca de su entrepierna, eso fue algo que la éxito mucho más, tanto sus gemidos se habían más intensos como los apretado que se ponían el interior de Hero haciendo que me excitara cada vez más al punto que ambos acabamos juntos.
En un momento el agua se tiñó de color rojo, pero como dije antes eso no me molestaba, si ella quería hacerlo, nunca se lo iba a negar.