—¡Relájate! —No paraba de lanzarle miradas preocupadas. Aniya estaba mirando sus uñas pintadas, cortesía de Emma.
De pronto, otra mano masculina, más grande que la suya, apareció en su regazo. Agarró ambas manos de ella en una y las apretó —¿Por qué tienes tanto miedo de Paige? —preguntó con casualidad—. ¿Te hace bullying?
Los ojos de Aniya se deslizaron hacia su rostro donde pudo ver líneas de preocupación en su frente. Incluso había reducido la velocidad del coche.
—No... no somos niños de kinder, Jorge —ella le dio una palmada a su mano y trató de reírse para quitarle importancia al asunto.
Sí, Paige era una abusiva, pero Aniya quería enfrentarse a ella por sí misma. Jorge no era su papá.
—Si te hace bullying... o si alguien te hace bullying, avísame —ahora sus ojos estaban fijos adelante en la carretera.
El ceño de Aniya se juntó en desasosiego —¿Y qué harás? ¿Castigarles? —se rió otra vez, pero él seguía serio—. Quizás —se encogió de hombros.