Jorge acababa de terminar la reunión y estaba esperando a Ariel cuando Paige le informó que Anaya Jakes estaba fuera de su oficina.
—Por favor, hazla pasar —trató de sonar más profesional, esforzándose por suprimir su felicidad. Se levantó apresuradamente y corrió hacia la puerta para recibirla.
La puerta de la oficina se abrió y Anaya asomó la cabeza con esa adorable inclinación de su cabeza.
—Hola, señora —él agarró su muñeca para atraerla hacia dentro y cerró la puerta—, bienvenida a mi oficina —sus brazos la rodearon por la cintura mientras la miraba a su cara sonrojada.
—Feliz cumpleaños de nuevo —ella levantó el paquete de papas a la altura de sus ojos—, ¿dejaste esto en mi taquilla?
—¡Dejé esto en tu taquilla! —él asintió y la besó en los labios.
—Alguien podría haberse dado cuenta, Jorge —ella intentó empujarlo colocando su palma en su pecho, pero él no se movió.