505- Respeto

El instante en que Abigail puso un pie en la habitación de Ariel; el nerviosismo envolvió su cuerpo como una pesada nube. ¿Por qué la llamó aquí? Maldito seas, Jorge. Te dije que tuvieras cuidado. Sue ni siquiera podía imaginar herir a su hermana. Fue criada por Valerie, pero quería demostrarles que no era como ella.

Ariel se dio la vuelta y la encontró de pie cerca de la puerta. Sus labios se curvaron en una sonrisa amigable. —Oh, vaya. Estás aquí. Siéntate —señaló hacia una silla y se sentó al borde de su cama.

Abigail tomó asiento y mantuvo la mirada baja, mirando al suelo.

—Abigail —Ariel captó la incertidumbre en sus acciones—, ¿estás... quiero decir, quieres decirme algo? ¿Algo que deba saber?