504- Tonto

Mientras conducían de regreso, Abigail seguía echando miradas furtivas a su hermana, quien estaba inusualmente callada. No le contaba a Abi sobre sus amigos, ni le pedía la música favorita de Abigail. En cambio, miraba al frente, perdida en sus pensamientos.

Abigail aclaró su garganta—. Umm. Ariel… ¿te preparo un pastel cuando lleguemos a casa? —ella quería desesperadamente que Ariel no la odiara.

No podía permitirse perder la amistad de sus hermanos.

¿Y si Ariel estaba pensando que su hermana, perdida hace mucho, no era más que una perra intrigante?

—¿Hmm? —Ariel parpadeó como si estuviera sumida en sus pensamientos—. Sí. Claro. Pero, ¿qué pasa con los abogados de papá que vienen hoy a verte?

—Ah… sí… después de que se vayan, entonces puedo… después de eso… —no tenía suficiente valor para decirle que no había ningún abogado visitándola.

Mintió.

—Ariel. ¿Estás enojada conmigo? —no pudo ocultar el miedo en su voz, pero no sabía si Ariel también lo sintió.