Gu Zhou frunció el ceño. Justo cuando iba a decir algo, escuchó a Qiao Nian hablar de nuevo.
—Por cierto, Gu Qi piensa que eres su padre biológico. Si se entera de nuestra relación y de que tiene una madrastra, ¿se sentirá molesto? ¿Por qué no ocultamos nuestra relación por un tiempo? Diremos que somos buenos amigos. ¿Qué te parece? —Qiao Nian miró fijamente a Gu Zhou con una sonrisa en sus ojos.
Gu Zhou no habló de inmediato. Sus oscuros ojos estaban fijos en Qiao Nian.
—¿Crees que mi sugerencia está bien? —preguntó Qiao Nian, mordiéndose el labio y sintiéndose un poco incómoda bajo la mirada de él.
—Gu Zhou asintió.
—Ya que estás de acuerdo conmigo, le pediré al mayordomo que informe a todos los sirvientes. Sin embargo, creo que tendrás que hablarlo con Abuela tú mismo —continuó Qiao Nian con una sonrisa aliviada.
Gu Zhou frunció el ceño, un atisbo de frialdad destelló en sus ojos. No entendía si Qiao Nian era realmente así de liberal, o si no le importaba en absoluto.