La madre de Sara tenía los ojos inexpresivos. ¿Qué le pasaba a su hija mayor? Estaba inquieta, y había anticipación en sus ojos. ¿Estaba saliendo con alguien en secreto? Solo había salido durante unos meses, ¿y ya su hija mayor había encontrado novio?
La madre de Sara se animó con la idea.
—Sara, ¿qué estás mirando?
—Nada —dijo Sara.
Las mujeres nobles a su lado se rieron y la molestaron:
—Sara tiene veinticuatro años este año, ¿cierto? Ya es hora de conseguir un novio. ¿Estás esperando un novio?
—No hay novio —sacudió la cabeza Sara—. ¡Los novios no son tan lindos como los niños! Nunca había pensado en tener un novio o casarse. Estaba pensando en cómo saltarse el paso del matrimonio y dar a luz directamente a un niño lindo como Amelia. ¡Pensando en Amelia con dos lindos moñitos, Sara no podía esperar para verla! Las hermanas de otras personas eran lindas. ¡Viendo a su hermana, el contraste era demasiado fuerte!