Jorge acarició la cabeza de Amelia con ternura.
—En el futuro, pase lo que pase, puedes buscar al Tío Mayor. El Tío Mayor siempre será el apoyo más fuerte de Mia —esperaba que, hiciera lo que hiciera, lo buscara de inmediato, que no cambiara y no le dijera nada a medida que ella creciera.
—¡Sí, sí! —estiró su mano y abrazó a Jorge. Murmuró:
—Tío Mayor, traje de vuelta a esa hermana fantasma femenino.
La espalda de Jorge se tensó.
—¿Dónde?
Amelia levantó la barbilla.
—Está justo detrás del Tío Mayor.
El fantasma femenino acababa de ser liberado y estaba mirando a Jorge con una expresión siniestra. Jorge sintió un escalofrío en la nuca y la expresión amable de su rostro se congeló.
Amelia continuó: