Amelia recordaba los omnipresentes anuncios de préstamos en Internet. —Tía, ¿dónde está tu celular?
—¿??? —preguntó Qurry.
—Busca la palabra 'préstamo'. La primera página que aparezca, puedes verificar tu límite de préstamo. Mira, ¡puedes pedir prestados 150,000 yuanes! —explicó Amelia.
—… —masculló Qurry.
—Y no tienes que preocuparte por estos préstamos en línea. El interés es súper bajo. Solo cuesta un yuan con noventa centavos al día. ¡Ni siquiera es tan caro como una botella de agua! No tienes que preocuparte por no tener suficiente dinero para gastar en el futuro —continuó Amelia.