—¡Eres tú! —dijo Yinn con los ojos rojos.
—¿??? —inquirió Honest.
—¡Ya verás! —declaró Yinn.
—¿??? —volvió a inquirir Honest.
Así sin más, Yinn fue llevada por la policía. Su ropa estaba desgarrada por el perro, y su cabello parecía una casa de gallinas. ¡Nunca se había sentido tan avergonzada en su vida!
Lucas tiró de William. —Vámonos. No seas tan tonto en el futuro.
William volvió en sí y dijo enojado:
—¿Quién dice que soy tonto? ¡Ya le informé al Tío Álex! Tan pronto como terminó de hablar, un SUV negro derrapó elegante y se detuvo frente a todos.
Álex salió del coche y miró a William. —¿Qué? ¿Casi te secuestran?
William se quedó sin palabras. ¿No fue que ella falló en secuestrarlo? Ay, mejor no hablar de ello. Era vergonzoso.
William no sabía que a causa de esto, cada vez que discutía con Lucas en las próximas décadas, Lucas diría fríamente:
—Idiota que casi fue secuestrado por una mujer tonta.
Álex miró a su alrededor y dijo: