Llorón Profesional

—¿Plañidera profesional? ¿Lloras cuando alguien muere? —preguntó Amelia.

El fantasma llorón asintió. —Así es. El nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte son leyes naturales. La mayoría de los hijos e hijas trabajan fuera, o cuando los viejos mueren, ya están en los noventa y casi cumpliendo cien años. En ese momento, por tristes que estén sus descendientes, es inevitable que no puedan llorar. Si no pueden llorar, se dirá que no tienen filialidad. ¿Qué pueden hacer entonces? Solo les queda contratar a plañideras profesionales...

El fantasma llorón se sonó la nariz y dijo —En aquel entonces, en los pueblos cercanos, yo era la más profesional llorando, así que a todos les gustaba invitarme para llorar...

—¿Así que te lloraste hasta la muerte? —preguntó William.