—Acabo de aprender a hacerlo hace poco, así que todavía no estoy familiarizada —Han Yin soltó una risita. Estaba demasiado avergonzada para quejarse a Shen Hanxing delante de Ji Yan—. ¡Las habían sacado de sus camas en medio de la noche para aprender a montar a caballo!
—Feliz cumpleaños número 18, Hanxing. Eres una chica muy simpática. Gracias por estar en nuestras vidas —Xiao Yu tomó una profunda respiración y le entregó la rosa en su mano a Shen Hanxing mientras posaba su mirada en su rostro—. Había renuencia, apego e infatuación. Pensó que quizás la mejor opción era protegerla en silencio. Nunca sería capaz de darle a Shen Hanxing la misma atención que Ji Yan y ayudar a sanar sus heridas —la mirada de Xiao Yu se suavizó—. Sonrió levemente y dijo: