Shen Sisi se secó las lágrimas y se consoló pensando que estaba bien. Después de todos estos años, no era como si no hubiera logrado nada. Aún tenía a Cheng Songyang. Él era tan elegante, gentil y leal. Mientras su plan tuviera éxito, la carrera de Cheng Songyang crecería aún más. Para entonces, incluso podría llegar a estar a la altura de la Corporación Ji. ¿Acaso Shen Hanxing no la despreciaba por aferrarse solo a los hombres? Pues iba a demostrarle a Shen Hanxing cómo había logrado escalar hasta la cima con un hombre. ¡Su elección había sido absolutamente correcta!
—¡Veamos quién se ríe al final! —Shen Sisi se limpió el rostro y dijo—. ¡Solo espera y verás! Soy la vencedora final. ¡Te haré arrepentirte de haberme menospreciado! —Sin esperar la respuesta de Shen Hanxing, se fue con el traje blanco en brazos.