—Fu Sinian bajó de repente su cabeza, tomó la cuchara de Shi Qian y comió el bocado de postre.
—Su Ruoqing se quedó helada en su lugar.
—¡Imposible!
—Era absolutamente imposible.
—Fu Sinian era tan exigente. ¡Cómo podía comer algo tan dulce!
—¡Había una capa de crema encima!
—Fu Sinian detestaba esas cosas más que a nada.
—Shi Qian se giró y evaluó a Su Ruoqing.
—No podía negar que al ver la expresión de incredulidad de Su Ruoqing, ¡se sintió un poco bien!
—No podía hacer nada contra Su Ruoqing, pero mientras estuviera cerca de Fu Sinian, ¡sería peor que matar a Su Ruoqing!
—Señorita Su, ¿cómo sabe que Sinian no come postre? A él le gusta bastante. ¿No es así, Sinian?—Shi Qian se volvió para mirar a Fu Sinian y hasta le dio una dulce sonrisa.
—Fu Sinian no reaccionó al cambio.
—Entonces otra cucharada de postre le fue ofrecida.
—Toma otro bocado", dijo Shi Qian delicadamente.