Es irritante

—Ya se encontraron con un desafortunado accidente —dijo Aries, dirigiendo su mirada hacia Román—. ¿Planeas ejecutarlos? ¿Aquí mismo? ¿Delante de mí? ¿Y de todos?

—Sí —La respuesta de Román fue rápida e inquebrantable, devolviéndole la mirada solemnemente—. No se encontraron con un desafortunado accidente, mi dama. Lo invitaron. Si tan solo no hubieran conducido imprudentemente. Podrían haber herido a más personas debido a su descuido.

—Aun así, ese peor escenario no sucedió.

—El peor escenario es usted, mi dama, resultando gravemente herida. Tuvieron suerte de que estuviéramos aquí.

—Por favor… mi dama… Realmente no lo quise hacer. Estaba intentando detener y controlar a los caballos… —Aries observó al cochero mientras este lloraba pidiendo misericordia. Su voz ya sonaba ronca por todo lo que había suplicado. Pero al final, Román permanecía impasible.

—¿Te meterías en problemas si intercedo? —preguntó Aries, lanzando a Román una mirada cortante.