Tan celoso estaba que pudo herirte tanto

[ MOMENTO PRESENTE ]

—¿Y bien? ¿Todavía nada?

Para el resto, que siempre supieron que el padre de Conan estaba a su alcance, no tenían escrúpulos en mantenerlo en la oscuridad. Aries era la única persona que siempre había tenido la intención de contarle a Conan, pero la razón por la que no se lo había dicho hasta ahora era que estaba esperando el momento adecuado.

—¿Qué…? —Conan movió sus ojos dilatados hacia Aries, aún atónito por esta sorpresa que no esperaba ni quería—. ¿Qué está haciendo aquí?

—Como puedes ver, todavía… se está recuperando —explicó Aries, fijando su mirada de nuevo en la cama—. Cuando Sunny llegó a Haimirich, no venía sola.

—¿Ha estado aquí tanto tiempo?

—No podíamos decírtelo —creo que ya sabes por qué.

Conan lentamente cerró sus manos en un puño, apretando los dientes hasta que su mandíbula se tensó. Podía sentir su corazón acelerado, haciéndolo casi quedarse sin aliento.