Retorcido

[ PALACIO DE LAS ROSAS ]

Conan extendió la mano hacia la mancha de sangre en la sábana arrugada, frotando sus dedos entre sí. Dexter no estaba a la vista y todos en el Palacio de las Rosas estaban dispersos, inconscientes.

—Todavía está fresca —susurró Conan, apartando su mirada de la cama vacía hacia la persona que acababa de llegar a las cámaras del marqués.

Isaías.

—Él no está aquí —anunció Conan lo obvio mientras los ojos de Isaías se fijaban en la cama vacía—. No han ido tan lejos.

Isaías mantuvo la boca cerrada, levantando la mirada hacia el semblante de Conan. Ambos se miraron solemnemente. Pronto, caballeros llegaron apresurados detrás de Isaías, mientras este permanecía junto a la puerta. No dijeron nada antes de que Isaías se volviera hacia los caballeros, mostrando su habitual expresión imperturbable.