No rompas el círculo

El relicario negro salvó a Dexter dos veces: una vez en aquella emboscada orquestada por Máximo y luego esta noche. Ya habría muerto la primera vez si no fuera por él.

Aries ya lo sabía, sin embargo. Estaba demasiado emocional al principio, pero luego lo sintió. Sus poderes. El aura del relicario negro estaba cerca y Dexter estaba rodeado por ella. La razón misma por la que estaba en un sueño profundo. Todo era por ella.

Aries siguió la feroz batalla de Dexter y Joaquín. Su expresión era apagada y su tez estaba tan blanca como una hoja. La sangre seguía goteando de su nariz, sin moverse. Cuando parpadeó, la batalla que estaba viendo para mantenerse despierta desapareció.

Moviendo la mirada hacia el centro del salón de banquetes, los invitados que se suponía estaban envenenados estaban conscientes. Estaban de pie en el mismo lugar donde inicialmente estaban inconscientes, marcas en sus cuerpos brillaban debajo de sus ropas; estaban cantando en voz baja, mirándola.