Las Acusaciones

Las voces de descontento seguían creciendo en contra de ella. Excepto por los leales seguidores de la madre de Lana, todos los demás empezaron a exigir la renuncia de Lana.

Lana los miró a todos con su mirada aguda y habló con una voz escalofriante —¿Entonces cada uno de ustedes, que no hizo nada por esta empresa durante toda su vida, ahora quiere pedir mi renuncia?

—Lana, tienes otras formas de ganar dinero además de esta empresa. Eres una abogada muy capaz y reconocida en esta ciudad y ya has hecho un nombre por ti misma. Pero para personas como nosotros que ahora estamos en la última fase de nuestra vida, las ganancias de esta empresa son nuestra única fuente de ingresos. No podemos permitir que este imperio se desmorone y sufra pérdidas por el resto de nuestra vida debido a tu error —dijo un hombre en sus sesenta años que también quería que Lana dejara el cargo de CEO.