Pero ella seguía subestimando cuán descarada podría ser una persona, cuando se inclinó hacia él, él giró la cara a un lado, y los labios de Elly Campbell aterrizaron justo en los suyos.
Viendo la sonrisa triunfante y astuta derramándose de sus ojos, su rostro se oscureció al instante.
Intentó alejar sus labios de los de Adam Jones, pero él fue más rápido, agarrando la parte de atrás de su cabeza y profundizando el beso.
Después de un beso adecuadamente largo, la soltó a regañadientes.
—Esposa, ven a la empresa conmigo —dijo mientras se ataba la corbata, mirando expectante a Elly Campbell.
—No, tengo mucho que hacer —La mirada de Elly Campbell permanecía en la pantalla del ordenador, todavía molesta con él.
—Puedes estar ocupada en mi oficina de igual manera —Se situó al lado de Elly Campbell, posándose en el reposabrazos de la silla de oficina. Su largo brazo se extendió sobre ella, aparentemente envolviéndola por completo.
—No voy.