Con estos pensamientos, el doctor continuó con gran esfuerzo, hablando muy en serio:
—Sí, jefe, se trata del nuevo proyecto de entretenimiento en el que hemos estado trabajando recientemente. Hay algunos problemas sobre los que necesito consultar con usted.
Al ver al doctor decir tales disparatadas excusas con el rostro impasible, el humor de Adam Jones se volvió algo indescriptible en ese momento.
Elly Campbell estaba observando desde atrás, una sonrisa que no alcanzaba a llegar a sus ojos. No estaba muy enojada, pero le dio a Adam Jones la sensación de un aura letal precipitándose hacia él.
—Está bien, ya puedes regresar.
Adam Jones evitó torpemente la mirada de Elly, intentando despedir al doctor.
—¿Regresar para qué? Si está relacionado con el proyecto en la isla, ¿no debería poder escuchar? —Al oír la ira apenas contenida en la voz de Elly, Adam se sintió cada vez más inquieto, sus ojos suplicantes—. Elly...
Elly lo ignoró y se dirigió en cambio al doctor: