—Papá, tienes que asegurarte de que los oficiales de policía trabajen más duro. Qiao Nan hizo un gran esfuerzo para ahorrar el dinero para sus cuotas universitarias. Pero después de lo que pasó anteayer, le dio todo el dinero que había ahorrado durante un año al tío Qiao. Es para pagar los gastos médicos de la mujer de apellido Ding —al pensar en esto, el corazón de Shi Qing se dolía por Qiao Nan.
Qiao Nan no estaba acostumbrada a relacionarse con extraños. Tampoco le interesaba ser profesora.
En lugar de tutorar a los estudiantes, Qiao Nan preferiría dedicar tiempo a sus estudios.
Sin embargo, para aliviar la carga del tío Qiao y realizar su sueño de estudiar en la universidad, Qiao Nan superó sus miedos y trabajó duro para ganar el dinero. Ahora, todo su dinero se usó en Ding Jiayi. Shi Qing sintió que era injusto para Qiao Nan.
—Qiao Nan es muy sensata. Ella tiene que hacer esto. De lo contrario, Qiao Nan sería criticada por los demás.