Amor y felicidad

Hasta este punto del diálogo, Xie Jiuhan levantó la cabeza. Sus ojos exudaban una expresión feroz y violenta mientras decía:

—Después de que ese viejo fue derrotado por mí, lo encerré en el cuarto de cristal. Todos los días, alguien lo torturaba con electricidad a una hora fija. Incluso le cortaban constantemente la carne. Sin embargo, ¡solo lo haré sentir dolor, y no dejaré que muera!

Este año, el Viejo Maestro Xie solo tenía sesenta años. Según su condición física y su aterradora capacidad de recuperación, no sería un problema para él vivir otros veinte o treinta años. Xie Jiuhan lo mantenía vivo primero para que el Viejo Maestro Xie disfrutara la tortura sin fin, y segundo, para que viera con sus propios ojos cómo él y Feng Qing vivían una vida dichosa. Quería que él los viera tener descendencia y vivir felices para siempre hasta que la vida del Viejo Maestro Xie llegara a su fin antes de moler sus huesos y esparcir sus cenizas para aliviar el odio en su corazón.