otro año más paso.
Tadeo ahora estaba en plaza "festejando" que paso a segundo grado con notas perfectas pero su conducta fue irregular debido a contestaciones, tratos de compañeros, no ir más despacio en educación física con sus compañeras, en otras palabras, las trato como hombres.
Hubo un caso a una compañera le levanto las dos piernas cuando estaban jugando a la pelota.
Sin embargo, eso no afecto a Tadeo quien estaba en la plaza tomando una gaseosa con sus amigos.
Pero el grupo que estaba tranquilo bajo la sombra de un árbol paraíso gigante, escucharon un chiflido en dirección a la casa de Matías, uno del grupo.
Todos miraron y vieron que era Gonzalo, el mejor amigo de Matías.
- ¡¿Qué paso?!- pregunto uno del grupo.
- ¡se están haciendo el malo con Mati! - dijo el pibe.
Al escucharlo el grupo entero y se fueron corriendo hacia Matías, con Gonzalo guiando.
Aunque eran solo niños, los tiempos eran diferentes, en estos años los niños de las escuelas pelearían al menos cinco veces mas que en el futuro.
Estando a una cuadra de la casa de Matías, vieron a un tumulto de otros niños, cinco del lado de Matías y unos quince del otro lado.
Sin embargo, el primero en ir fue Tadeo, quien corriendo fue con fuerza y salto, dándole un golpe con sus dos pies en la cabeza de un niño, poco después una pelea entre niños comenzó.
Los ganadores fueron el grupo de Tadeo debido a que él era uno de los tantos altos de sus amigos, sin embargo, él era el más alto de todos.
La pelea por otro lado fue escuchada por todo el barrio, el cual muchos adultos salieron a ver que pasa y los niños rápidamente se fueron corriendo.
Otro día mas en la plaza de la virgen.
Ahora el grupo entero, con Matías y Gonzalo y los otros niños del barrio del segundo, estaban tomando una coca bajo del paraíso.
Pero los niños vieron que varios adolescentes venían hacia ellos, otros con cara de malo y los demás sin expresión como si no fuera su problema.
Tadeo solo frunció la seño mientras tomaba un trago de gaseosa.
- ¿Quién de ustedes golpeo a mi hermano? - pregunto el líder del grupo.
-todo el día estoy golpeando personas ¿no podés pensar, no sé? ¿una descripción del mogo de tu hermano? - respondió Tadeo
-fue recién hace un rato. - dijo enojado.
-tu hermano es tan intrascendente que ni me acuerdo. - respondió Tadeo sin embargo el joven de al menos unos dieciochos años lo levantó desde su remera.
Pero Tadeo no se achicó y le dio una trompada en la nariz, haciendo que este lo soltara mientras se agarraba la nariz sangrante.
Para cuando Tadeo se preparó para pelear cubriéndose la cabeza, otro grupo de adolescentes vinieron.
Y sin mediar palabra uno golpeo en la cabeza al chico con sangre en la nariz.
- ¡¿Qué te haces el piola con los pendejos la concha de tu madre?!- dijo uno de los muchachos.
Los niños por su parte disfrutaron del show de como estos adultos se cagaban a piñas y patadas en la cabeza.
Y uno de los muchachos del lado perdedor, de la nada saco un arma de fuego, todos incluidos Tadeo se congelaron, él apunto a todos para que se alejaran y su grupo retrocedió detrás de él sin embargo uno del otro lado habló de forma imprudente.
- ¡a ver tira si sos macho la concha de tu madre! - dijo uno, pero debido al estado alterado del que empuñaba el arma, disparó.
El muchacho inmigrante brasilero pero nacionalizado argentino, se agarró el lado del costillar izquierdo, su mano se empapó de sangre y poco después cayo al piso mientras temblaba de frio y la sangre seguía fluyendo del agujero que solo tiene entrada.
Todos quedaron en shock sin embargo Tadeo de forma muy estúpida derribó al tirador y de una patada mandó lejos el arma, mientras golpeaba una y otra vez al idiota que disparo.
Aun siendo pequeño, Tadeo comenzó a hacerlo sangrar con cada golpe, su nariz fue desfigurada, sus ojos se estaban hinchando, sus labios cortados al igual que sus cejas, sin embargo, cuando recién había pasado dos minutos, al menos tres patrulleros llegaron con al menos doces oficiales debido a la alta actividad de disparos cerca de la plaza.
Cuando vieron al muchacho desangrándose dos de ellos se encargaron de él para evitar de que muera, la ambulancia estaba un minuto detrás de él.
El resto reviso el área teniendo escopetas y pistolas en mano, pero rápidamente encontraron al culpable, él estaba siendo golpeado por un niño y metros de él el arma que provocó el llamado de la policía.
Separaron el niño del joven de un solo movimiento mientras arrestaban, además de que se llevaran al resto de adolescentes y jóvenes adultos, los niños por su parte, los llevaron uno por uno a su casa explicando la situación.
Y fue lo mismo para Tadeo, pero por suerte solo estaba su padre y no su madre.
- ¿señor Ledesma? - pregunto el oficial mientras entregaba el niño al hombre quien le sacaba una cabeza de alto.
- ¿Qué paso oficial? - respondió preguntando Marcelo.
-ocurrió un hecho delictivo en la plaza de la virgen, se efectuó un disparo, y su hijo estaba dentro de la plaza, lo cual desde la central nos dijeron que acompañemos a los niños a sus respectivas casas, no se preocupe el estaba al menos unos quince metros del hecho. - dijo el oficial protegiendo al niño del padre.
-bueno, muchas gracias oficial, que tenga buen día. - dijo Marcelo
-igualmente señor. - decía el policía mientras se retiraba
- ¿estas bien vos? - pregunto el padre.
-Octavio no sobrevivió. - respondió simplemente el niño.
- ¿querés ir al funeral? - pregunto Marcelo.
-después de que sus familiares se vayan. - dijo el niño sin embargo poco cambio de tema.
-por cierto, pa ¿Qué hay de comer? - pregunto el niño.
-hay arroz amarillo con pollo ¿te lo caliento? - dijo el hombre de la casa.
-por favor. - dijo el niño mientras se iba a la habitación a descansar un poco de lo que sucedió.
Desde ese, era uno de las tantas muertes por parte de adultos jóvenes hacia otros, debido a lo fácil es conseguir un arma de las otras bandas extranjeras, haciendo que él manda más se enoje y se concentre es desmantelarlos a todo y cada uno de ellos.
No sin antes conseguir información y crucificarlos en las plazas como modo de advertencia, ya demostró que no tiene problemas en crucificar a niños y darle un tiro a la cabeza, ni hablar de lo que les hará a los adultos.