Tracie echó un vistazo al teléfono, tentada de arrancarlo del escritorio y contestarlo.
Anastasia tomó el teléfono, dándole a Tracie una mirada que decía que no pronunciara ni una palabra.
Anastasia respondió la llamada e instantáneamente, escuchó la voz de Xander a través del teléfono.
—Sra. Reyez, tengo los documentos impresos y listos para firmar cuando usted esté lista —dijo Xander suavemente, su tono educado pero calculado—. ¿Debo organizar un lugar, o prefiere elegir un sitio usted misma para la firma y el comienzo de nuestra sociedad?
Anastasia no podía creer lo que oía. Pensó que Xander estaría deprimido por el hecho de que otro de sus escondites había sido infiltrado, pero no había ni un atisbo de ira en su tono.
¿O quizás lo estaba disimulando?