Consígueles el Pago

Anastasia miró fijamente a la fábrica de bebés frente a ella, una furia helada burbujeando en su interior. Hacía apenas unos meses, la habían arrastrado a este lugar, su cuerpo tratado como nada más que un recipiente para obtener beneficios, su vientre explotado por Xander y Samantha para sus propósitos retorcidos. Ahora, de pie por su cuenta, sus pasos sin ser desafiados por Tibo o Tura, no pudo evitar sentir una satisfacción amarga.

Al igual que la primera vez que había llegado al lugar, estaba tranquilo y pacífico con las mujeres caminando, haciendo ejercicio, tocando las flores o charlando casualmente para pasar el día.

Anastasia ajustó las gafas de sol que colgaban en el puente de su nariz, mientras caminaba hacia el interior, siguiendo el ejemplo de Julián y actuando como si esta fuera su primera vez aquí.