Un Informante

—¿Por qué haríamos eso? Son esclavas sexuales que fueron promovidas a ser madres sustitutas para nuestros clientes? —Samantha fue quien preguntó.

Anastasia se encogió de hombros ligeramente. —Solo estaba pensando, ¿no sería mejor si se les pagara para que pudieran tener un poco para ellas mismas?

Xander y Samantha intercambiaron otra mirada.

—Son esclavas sexuales

—Entiendo que las has secuestrado y forzado a todo esto, pero eso no garantiza que permanecerán leales —dijo Anastasia, su voz firme—. Mantenerlas encerradas en esta mansión no comprará su silencio. El dinero sí lo hará.

Un ceño se estableció en el rostro de todos, incluido el de Julián. La tensión en la habitación se volvió más densa a medida que la gravedad de sus palabras se asentaba. Anastasia sabía que la verdad debía ser dicha si iban a recuperar el control sobre la situación.

—¿Qué quieres decir? —preguntó él—. No habían planificado para nada de esto, pero estaba listo para respaldarla.