Palabras Brutales

En Radiantia,

Samantha se paró frente a las nuevas chicas, sus fríos ojos escaneando la habitación. Parecían aterrorizadas, agrupadas, inseguras de lo que les esperaba.

—Están aquí para aprender a complacer a sus amos. La obediencia es la clave —dijo ella, su voz aguda y autoritaria—. Háganlo bien y sobrevivirán. Fracasen, y habrá consecuencias.

Las chicas temblaron, algunas se miraban entre sí nerviosamente. La sonrisa de Samantha era cruel mientras continuaba, —Ahora, escuchen atentamente. Esta es su vida ahora, y más les vale que se acostumbren.

—Creí que tú y Xander iban a considerar la idea de Jennifer de pagar a las chicas en lugar de eso —dijo Michelle de la nada.

Ella no hace nada en la casa excepto despertarse por la mañana, comer, y ver algunos desfiles de moda todo el día hasta que era hora de dormir. Cuando necesitaba, iba de compras con la mesada que Xander le daba.

Samantha miró a Michelle por detrás.