—Entonces, ¿has oído algo sobre la desaparición del señor Russell? —preguntó Bruce a Xander, cuya atención estaba completamente en otro lado.
Bruce lo notó, pero no se molestó por ello.
—El investigador privado de su familia está trabajando en el caso, pero aún no pueden encontrarlo —respondió Xander, dando un sorbo al café que había pedido antes. El café sabía amargo, haciéndole fruncir el ceño con disgusto. Añadió unas cucharadas de azúcar, pero no hizo mucha diferencia.
Con delicadeza, lo apartó de sí, ya harto del asunto.
—¿Ha pasado casi una semana y aún nada? —preguntó Bruce.
—Así es. Según sus empleados, suele salir temprano del trabajo los fines de semana y se va al bar. Pero no descubrieron nada cuando el investigador fue al bar. Simplemente desapareció —terminó Xander.