Los ideales son opulentos, ¡la realidad es dura!
Al final, Yan Ling eligió soportar.
Tenía que soportarlo. Aún no había encontrado novio, no podía tener un enfrentamiento con él todavía.
—Rey, no hay un odio inveterado entre nosotros. ¿Por qué no me puedes dejar en paz? —Para romper la tensión, Yan Ling intentó sonreír.
No tenía elección, estaba en desventaja.
Entre su orgullo y su vida, valoraba más su vida.
No había visto a Qi Yunjue por ninguna parte, no quería perder la vida en manos de esta persona psicótica.
Rey no respondió a su pregunta, en cambio, tosió ligeramente para aclarar su garganta y la miró.
Yan Ling entendió al instante, sirviendo té y bebidas, actuando respetuosa por el gran plan, ¡a aguantar!
Sin embargo, no podía evitar insultar a tal imbécil en su mente.
Quizás no lo verbalizaba, pero usar el poder de su mente para satisfacción no dañaba, ¿verdad?
—Toma algo de agua —Yan Ling le presentó una taza de té al Rey.
Rey no la aceptó, en lugar de eso dijo: