Callejón sin salida

Thane abrió los ojos jadeando por aire. Sus ojos se encontraron con los de Carmilla, y se apartó. Sus ojos ardientes y rostro pálido desprendían un aspecto hermoso, pero aterrador.

—¡Estábamos cayendo eternamente! —jadeó Thane.

—Teletransportándonos, joven —lo corrigió Carmilla.

—¿Dó— Thane miró a su alrededor y frunció el ceño—, ¿dónde estamos?

—¿Al final del otro cruce? —Carmilla se encogió de hombros, mostrando una sonrisa.

—Oh, ¿así que esto no era una opción? —Thane se puso las manos en la cintura, asintiendo en comprensión.

—Menos mal que te tengo, ¿eh? —Una sonrisa se abrió paso en sus labios.

—Por supuesto, encantada de ayudar —Carmilla hizo una ligera reverencia.

—Vale entonces, sácame de aquí —él inhaló agudamente.

—Ven entonces —extendió sus brazos ampliamente, sonriendo de oreja a oreja.

—Eres una bruja —gruñó él.

—Vampiro.

—¡Ugh! —Él estampó su pie en el suelo—. Deja de molestarme.

—¿Eh? Solo te corregía —tosió ligeramente.