No desbloquear!! ¡Este capítulo no ha sido editado!

—, dijo el hombre, rodando los ojos. Su voz llevaba un aire de irritación, como si Thane fuera un niño haciendo demasiadas preguntas.

Las manos de Thane temblaban a su lado. No podía apartar la mirada del cuerpo. No era cualquier persona, era Carmilla. La mujer que apenas había empezado a amar. La mujer que le había susurrado promesas en la oscuridad de la noche, sus dedos trazando patrones en su piel. Y ahora, ella se había ido.

El líder, un hombre alto con ojos oscuros y crueles, se giró como si el asunto ya estuviera resuelto. —Muévanse más rápido —le ordenó a sus hombres—. No tenemos tiempo que perder.

Se formó un nudo en la garganta de Thane. Se sentía enfermo, mareado. El mundo a su alrededor se desdibujaba en los bordes. —Tú… tú la mataste —jadeó. Su voz se quebró.

Uno de los hombres se rió entre dientes mientras envolvía el cuerpo de Carmilla en un grueso tejido. —Debería haber sabido que no debía cruzarse con nosotros —murmuró.