Archi se acercó donde Nyx se había sentado a observar toda la escena en silencio.
—Bueno, hiciste una buena, Madre, ya está empezando a confundirse —le dio unas palmadas en el hombro.
Nyx miró hacia otro lado, había escuchado sus conversaciones.
—Archi, mi querido, por mucho que me cueste admitirlo, creo que me estoy desviando, por favor no me dejes —extendió su mano para tomar la de él.
Él le tomó la mano y la ayudó a levantarse, —Está bien Madre, por eso estamos en esto juntos, no te preocupes por todo esto, tengo todo bajo control.
—Escuché lo que él dijo Archi —intervino, sus ojos casi retrocediendo a sus cuencas, mientras fruncía los labios.
Él apartó la mirada, apretando su puño izquierdo, —Olvida todo eso, no estamos aquí para eso —murmuró.
Nyx sintió un sentimiento desconocido roer su corazón, —Por favor, sólo déjame irme de este lugar, no sé cuánto más pueda aguantar todo esto.