Trabajo adelante

Nyx se arrastró hasta la puerta principal con una cesta en la mano izquierda. Estaba a punto de empezar a buscar los ingredientes para la poción que iba a preparar.

—Muéstrame el camino diosa de la luna, él debería estar curado para cuando se aplique la poción a esas heridas —tragó saliva.

Llegó a la puerta principal. No había guardias cerca, ni siquiera en la puerta principal del palacio.

—Hmm —se encogió de hombros—, todos deben estar en shock o algo así —murmuró.

Contó sus frágiles pasos hasta que llegó a la puerta, empujándola para poder salir.

—Ahora, ¿a dónde voy primero? —se plantó con las manos en las caderas. No solo eso, sino que se sentía débil y casi no podía llevar sus piernas.

—Casi tengo todo el tiempo del mundo, ¿por qué apresurarse? —se limpió la nariz con el dorso de la mano.

Mientras caminaba, la brisa levemente seguía revoloteando su largo cabello dorado. Sus ojos se llenaron de lágrimas ya que el viento de esa tarde no era amable con los ojos.