Un proceso

Nyx regresó al palacio en cuanto terminó de escoger los ingredientes que necesitaba. Caminó a través de la puerta, dirigiéndose hacia la entrada.

—Ambos vivirán —sollozó, una sonrisa triste asomó en su rostro.

Cuando se acercaba a la puerta del palacio, se topó con Kaelos.

Levantó la cabeza para mirarlo —Oh, hola —lo saludó cortésmente. Reconoció ese rostro, pero no recordaba dónde lo había visto.

—Nyx —una sonrisa suave se delineó en sus labios—. Ha pasado un tiempo —estiró su mano.

Ella la tomó —Es cierto. ¿Cómo estás?

Él encogió de hombros —He estado bien —su sonrisa se desvaneció lentamente.

Ella entrecerró los ojos —Eras amigo de Dora en aquel entonces, ¿verdad? ¿Has tenido contacto con ella?

—No mucho —se rascó el cuello—. Escuché lo que pasó, luego decidí que le haría una visita.

Los ojos de Nyx se entristecieron —Oh.

—Lo siento, Nyx. Archi-

—Está bien. No hay nada de qué preocuparse. En cuanto Oberón esté curado de nuevo, todo volverá a su lugar —sonrió—. Lo sé.