He hecho demasiado

El portón de hierro de la guarida carmesí chirrió al abrirse, y un rayo de luz se coló en la guarida.

Archi inclinó su cabeza hacia un lado, parpadeando débilmente al abrir los ojos, su visión estaba borrosa así que no vio a la persona que había entrado. Sus cadenas tintinearon mientras trataba de moverse, pero cayó de nuevo al suelo.

Una figura entró, caminando hacia él.

—¿Qui- quién eres? —consiguió preguntar.

La figura pronto estaba sobre él inclinándose —¿Archi? —escuchó una suave voz femenina.

Inmediatamente reconoció a quién pertenecía —¿Aria?

Intentó abrir los ojos bien, pero estaban demasiado pesados en ese momento.

—¿Tu nombre es Archi? ¿No Logan? ¡Eres el hijo del rey Oberón! —exclamó ella.

Tragó saliva —Lo siento... —pero ella le interrumpió bruscamente.

—Me mentiste, yo confié en ti.

—Aria escúchame —su visión se aclaró un poco—. Te lo hubiera dicho antes, pero me hubiera distraído de lo que vine a hacer aquí.